viernes, 12 de noviembre de 2010

Sombras de mi



Se proyectan como espejos que no devuelven miradas, contornean siluetas vacías, taciturnas, extraen de la reflexión solar sobre una superficie nuestro velo corporal. Pero solo tenemos a ella como garantía imaginaria de nuestra existencia, y ahí nos quedamos sujetos a una sombra, y somos esa silueta vacía, esa extracción de la luz solar... hasta que alguien nos devuelva una mirada...

lunes, 9 de agosto de 2010

Siempre nos quedamos solos


-¿Quien es?
-Soy la muerte…
-¿Y que quieres?
-He venido a llevarte…
-¿A llevarme a mi? Si nadie más quiere hacerlo…
-Tal vez sea por eso… no lo se, no me importa, solo vengo a llevarte.
-Como no te importa? Vienes a buscarme, por algo tiene que ser… algo te tiene que haber gustado de mi para llevarme con tigo…
-Todos vienen con migo cuando les llega su hora…
-Y cuando es eso…
-No lo sé… sólo aparece el nombre del beneficiado en un papiro que llevo siempre con migo.
-Pero tiene que tener algún tipo de explicación… no puede ser por azar… ¿quien crees que pone el nombre en el papiro?
-No lo sé….
-¿Dios?
-Jajajaja…. ¿Crees que existe tal cosa?
-¿Tu existes?
-¿Puedes dudar de que existo?
-No… no puedo hacerlo. Perdone usted mi desconfianza. Soy un neurótico, tal vez dude demasiado.
-Por eso tantas preguntas?
-Dígamelo usted. Si dios no existe, supongo que es a usted a quien debo dirigir mis preguntas.
-No no lo soy. Solo vengo a buscarte.
-No se si pueda acompañarte…
-No tienes elección…
-¿Tu la tienes?
-Nunca me lo he preguntado….
-¿Quieres mi compañía?
-No lo se… haces demasiadas preguntas….
-Puedo mantenerme callado…
-Pero no serías una buena compañía entonces…
-¿Y que debo hacer entonces para acompañarte?
-No lo sé… supongo que ser tu…
-¿Y como soy yo?
-¿No lo sé… es que aun no lo sabes?
-No lo sé…
-Creo que entonces no estas preparado para acompañarme…
-Entonces estas eligiendo no llevarme con tigo… te has dado cuenta de que soy mala compañía.
-No es eso… es que haces demasiadas preguntas…
-Pero puede mantenerme callado…
-¿Es eso lo que quieres?
-No… pero quiero compañía.
-Entonces no te hagas tantas preguntas…
-¿Y como hago?
-No tengo respuesta, ya te he dicho. Soy solo un trabajador de la vida, y de la muerte.
-Bueno… igual ya es tarde para tantas preguntas. Por donde vamos…
-…
-Qué… ¿es que acaso no quieres llevarme ahora??
-No es eso… es que no se si estas preparado…
-¿No era que tu no elegías?
-Si pero... son muchas preguntas…
-Entonces soy mala compañía…
-Te estoy dando la posibilidad de seguir viviendo… ¿Porque no simplemente puede disfrutar de ello?
-Sabes qué… ve a buscar mejores compañías… yo me voy a quedar acá con mis preguntas y mis silencios…
-Me parece muy bien… no hace falta que vengas.
-Adiós… espero no verte por mucho tiempo…
-Adiós, talvez no volvamos a vernos… termino mi mandato en 30 años…
Se fue la muerte preguntándose porque aquel hombre se hacía tantas preguntas, y el hombre se quedo pensando que lo hacía para atraer a la muerte, y para salvarse de ella. Esa noche cada uno de los integrantes de la extraña charla fue a disfrutar de la vida y de la muerte respectivamente.

domingo, 6 de junio de 2010

Bicentenario

2010 Año del Bicentenario. Se cumplen doscientos años de la Revolución de mayo en esto que ha cobrado el nombre de bicentenario, por lo cual una serie de festejos y eventos se efectúan durante el año con motivos de conmemorar aquel épico acontecimiento. Pero tiene, para quien escribe, ésta fecha, una función más que el solo recuerdo como mero conocimiento conceptual de hechos pretéritos, como por mucho tiempo se ha intentado haces parecer. No, no puede ser esa la función de los festejos, ni puede ser esa la función de la historia como disciplina. Cuando se realiza una biografía de una persona, se destacan de su vida, aquellos acontecimientos que han contribuido a hacer de ella una persona susceptible de merecer una biografía. En el caso de estos festejos, las miras al pasado no deberían entenderse como el recuerdo de un tiempo en que los argentinos fueron capaces de realizar semejante epopeya, y añorarlo nostálgicamente como se recuerdan aquellos tiempos que, como todos, no volverán. No. La función de destacar ésta fecha como motivo de conmemoración y festejos, es entender la subjetividad actual del argentino forjada históricamente, su carácter, su sentir, su pulsión, su instinto, su comportamiento y su ser en general. Claro que ésta forma de entender los festejos no siempre fueron entendidas, ni muchos menos impartida, sino que el respeto al pasado como compartimento estanco al que se debe venerar, ajeno a nuestra propia subjetividad fue intencional y arbitrario. No puedo dejar de ver durante este año al argentino desde la luz que desprende el hecho que conmemoramos, y con ésta iluminación el argentino se presenta con un instinto a presentarse como agente activo, aún a su pesar, de aquellos que percibe; optimista y con la mirada puesta fija en el porvenir; esperanzado; destacando la individualidad y asumiendo la diferencia; integrado en un bloque de países al sur del río bravo; inclinado siempre, casi ciegamente, hacia el lado del mas débil, y con cierta hostilidad, porque no decirlo, para con los poderosos, y no por envidia sino por deplorar el carácter opresivo que estos suelen tener. Un argentino que es capaz de exigir su independencia ante todo, asumiendo, como se pueda, las responsabilidades que tal exigencia supone, y cumpliendo una función en la región y en el mundo, ya que por historia y por idiosincrasia el argentino se presenta tanto libre como libertador.
Tal vez quien lea estas líneas pueda llegar a interpretar el optimismo aquí desarrollado como producto de la ingenuidad de quien escribe, pero sépase bien que no se trata mas que de una decisión, porque sé bien que el mismo carácter que nos vuelve a los argentinos capaces de efectuar las mas maravillosas acciones cuando asumimos la libertad, también nos vuelve sumamente dañinos cuando apenas la ejercemos. Y si la historia, mas que la geografía, nos brinda ese sentido de pertenencia que nos constituye como sujetos, entonces, no se trata de festejar en este bicentenario mas que lo que somos, y desde ésta perspectiva tenemos cada uno de los argentinos al menos algo que merece ser festejado: doscientos años buscando la libertad.