lunes, 9 de agosto de 2010

Siempre nos quedamos solos


-¿Quien es?
-Soy la muerte…
-¿Y que quieres?
-He venido a llevarte…
-¿A llevarme a mi? Si nadie más quiere hacerlo…
-Tal vez sea por eso… no lo se, no me importa, solo vengo a llevarte.
-Como no te importa? Vienes a buscarme, por algo tiene que ser… algo te tiene que haber gustado de mi para llevarme con tigo…
-Todos vienen con migo cuando les llega su hora…
-Y cuando es eso…
-No lo sé… sólo aparece el nombre del beneficiado en un papiro que llevo siempre con migo.
-Pero tiene que tener algún tipo de explicación… no puede ser por azar… ¿quien crees que pone el nombre en el papiro?
-No lo sé….
-¿Dios?
-Jajajaja…. ¿Crees que existe tal cosa?
-¿Tu existes?
-¿Puedes dudar de que existo?
-No… no puedo hacerlo. Perdone usted mi desconfianza. Soy un neurótico, tal vez dude demasiado.
-Por eso tantas preguntas?
-Dígamelo usted. Si dios no existe, supongo que es a usted a quien debo dirigir mis preguntas.
-No no lo soy. Solo vengo a buscarte.
-No se si pueda acompañarte…
-No tienes elección…
-¿Tu la tienes?
-Nunca me lo he preguntado….
-¿Quieres mi compañía?
-No lo se… haces demasiadas preguntas….
-Puedo mantenerme callado…
-Pero no serías una buena compañía entonces…
-¿Y que debo hacer entonces para acompañarte?
-No lo sé… supongo que ser tu…
-¿Y como soy yo?
-¿No lo sé… es que aun no lo sabes?
-No lo sé…
-Creo que entonces no estas preparado para acompañarme…
-Entonces estas eligiendo no llevarme con tigo… te has dado cuenta de que soy mala compañía.
-No es eso… es que haces demasiadas preguntas…
-Pero puede mantenerme callado…
-¿Es eso lo que quieres?
-No… pero quiero compañía.
-Entonces no te hagas tantas preguntas…
-¿Y como hago?
-No tengo respuesta, ya te he dicho. Soy solo un trabajador de la vida, y de la muerte.
-Bueno… igual ya es tarde para tantas preguntas. Por donde vamos…
-…
-Qué… ¿es que acaso no quieres llevarme ahora??
-No es eso… es que no se si estas preparado…
-¿No era que tu no elegías?
-Si pero... son muchas preguntas…
-Entonces soy mala compañía…
-Te estoy dando la posibilidad de seguir viviendo… ¿Porque no simplemente puede disfrutar de ello?
-Sabes qué… ve a buscar mejores compañías… yo me voy a quedar acá con mis preguntas y mis silencios…
-Me parece muy bien… no hace falta que vengas.
-Adiós… espero no verte por mucho tiempo…
-Adiós, talvez no volvamos a vernos… termino mi mandato en 30 años…
Se fue la muerte preguntándose porque aquel hombre se hacía tantas preguntas, y el hombre se quedo pensando que lo hacía para atraer a la muerte, y para salvarse de ella. Esa noche cada uno de los integrantes de la extraña charla fue a disfrutar de la vida y de la muerte respectivamente.